Hay un dicho que dice que no hay que ahogarnos en una gota de agua. He notado que como seres humanos tenemos la tendencia a formarnos preocupaciones innecesarias, que surgen por tener un enfoque, una perspectiva cerrada o equivocada de la vida. Cuando damos mayor valor a cosas que no lo tienen no solamente damos cabida a perocupaciones innecesarias, que pueden llevar a ataques de ansiedad, sino que tambien desatendemos asuntos y relaciones personales y familiares que son realmente importantes.
Lo difícil es darse cuenta de ese cambio de enfoque, darse cuenta de esa desviacion de atención y luego corregirla. Es necesario tomar la oportunidad de periodicamente examinar nuestras vidas para ver donde nos dirigimos. Es necesario hacer una lista de prioridades, formular y establecer metas para tener con qué medir nuestro progreso y saber que hacer para corregir estas desviaciones de curso.
He visto como amigos y seres queridos desperdician su tiempo al preocuparse y afanarse por lo que no es importante, por lo que es pasajero, o por lo que ya pasó. Al mismo tiempo he visto y experimentado ese sentimiento de libertad que surge al romper el ciclo de preocupación y ansiedad, y la esperanza que surge al alinear el curso de la vida con las metas y visión propuestas.
